Presuponemos que el vino embotellado siempre tiende a mejorar con los años, que si hacemos bien los deberes de conservarlo a temperatura constante, de no moverlo ni que le de la luz, nuestros vinos cada vez irán a mejor.
Nos han hecho creer que porque compremos vino embotellado en cristal, siempre tendremos un gran vino asegurado, sea el vino que sea.
Hoy te cuento que eso es verdad tan solo a medias, porque hay unos parámetros que tenemos que valorar para decidir si es de GUARDA o no, porque sinceramente creer en las casualidades (que existen, pero son las menos..)y pensar que cualquier vino te hará disfrutar dentro de diez años, también te puedes llevar un chasco bastante importante.
EL VINO SE HACE EN LA VIÑA
Gran verdad, los vinos se piensan a pie de campo: la variedad de uva, el clima, las podas, el terruño, el microclima, el año climático, las horas de sol, las plagas, las medidas fitosanitarias… el vino es un complejo entramado de todo esto.
Y cuando está creado por profesionales de verdad, te das cuenta que esto es una verdad como un templo, porque los vinos o los grandes vinos SON CREACIONES ÚNICAS E IRREPETIBLES, aunque cada año la cepa de uvas, y cada año se vendimie y se vinifique, tan solo los profesionales crean obras de arte.
EL VINO SE COMPRA EN TIENDAS DE VINOS.
Poco mas que añadir, siempre un buen asesoramiento es la clave.
QUE PARÁMETROS ENTENDEMOS COMO OPTIMOS PARA UN VINO DE GUARDA
La maduración del fruto, la acidez total del vino y el alcochol.
Un fruto sano en su momento optimo de vendimia, con carga de fructosa, carnosidad nos aportará esa sensación de estar probando fruta, no un tan sólo un líquido de color del vino o acuoso.
La acidez total, hará que pueda perdurar en la botella y evolucionar, en cierto modo evitar que el vino sea atacado por bacterias biológicas, que dañarían el vino irreparablemente. Los ácidos naturalmente presentes en la uva y los procedentes de las fermentaciones, son los que conforman la acidez total.
El alcohol nos proporcionará un medio aséptico libre ( o casi) de bacterias, hongos. Y aunque no es decisivo para la guarda que tenga más o menos Grados, (sino cuenta con la fruta y con la acidez), es cierto que influye a la hora de aportar brillantez y corporeidad a la hora de la cata organoléptica.
QUE VINOS SON BUENOS PARA LA GUARDA (Tintos)
Siempre pensando que están almacenados a una temperatura de +-11º constantes, lejos de focos de luz, en un ambiente limpio y sin olores extraños ( humedad, productos químicos, hongos, cocinas con vapor de comidas…)
En el etiquetado podemos encontrar los datos necesarios para saberlo:
- Los vinos jóvenes/robles son para consumir en los dos años siguientes a la vendimia.
- Los vinos de crianza se podrían consumir en los cuatro o cinco años siguientes.
- Reserva, para mi gusto según la zona podría ser de diez a doce.
- Gran Reserva, más de diez años de guarda.
- Vinos que no estén acogidos a las DOs , pero que el propio viticultor o bodeguero lo recomiende como Vino de Guarda.
LA CUESTIÓN FINAL, ES CUANDO SABER SI EL VINO ESTÁ PARA BEBER O NO.
Aunque estas orientaciones están bastante acertadas, nunca podremos saber a ciencia cierta cuando es el momento “ de verdad”.
Podríamos decir que a partir de ocho-diez años en botella, tendríamos que tener más sensibilidad en cuanto a paciencia, comprensión, humildad y conocimiento.
Paciencia por si necesita un servicio más detallado y cuidadoso, o necesita una aireación o decantación en decantador. Muchas veces la primera impresión es de un vino cerrado o que está “malo”, y lo único que requiere es aireación.
Comprensión y conocimiento en cuanto a intentar entender de dónde procede, de cómo fue esa añada, de que trato (o maltrato) ha podido sufrir hasta que ha llegado a nosotros, de cual es su “casa” y su “circunstancia”, así como lo harías con un buen amigo.
Humildad del catador, siempre es base para entender que cada botella evoluciona de un modo distinto, reflexionar cuando catamos sobre los aromas, el gusto y retrogusto, el color , la brillantez, la opacidad y todas las sensaciones que nos provoca al catarlo.
Quizá encuentres que su momento ya pasó, pero esa humildad y comprensión te hará entender que el vino es así, que en general la vida es así, y que quizá estar más pendiente de la fecha de una botella o de las pequeñas cosas cotidianas para no perdernos la esencia de lo importante.
A mí personalmente me emociona tomar vinos antiguos, que probablemente las personas que estuvieron involucradas en su creación ya no están, y nosotros podemos disfrutar en cierto modo de un momento de la vida embotellado.
Y también me da mucha rabia cuando abro una botella y pienso que no era su momento. Cosas de la vida.