En muchas catas escuchamos la palabra decantación y aireación, pero en realidad ¿sabemos que és? ¿y porqué se hace?
Sabemos cual es el momento, o que tipo vino necesita una decantación?
Este tema puede dar para muchas opiniones, pero unas nociones básicas y nuestra intuición, nos harán poco a poco expertos en la materia.
El vino se piensa en la vid, se crea en la bodega y se hace en la botella.
El creador del vino en cuestión debe pensar ya el año anterior, que producto final quiere encontrar, y en base a eso, hará unos trabajos en el campo y el viñedo acordes a ello.
Luego están los factores que son variables con el calor/frío y el agua, es decir la climatología.
Dependiendo de todo esto y del tiempo que el vino permanezca en barrica y/o en botella, obtendremos unos aromas u otros.
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Aireación: Pasamos el líquido a una jarra o decantador con el mero fin de oxigenarlo y que los aromas de reducción en botella desaparezcan, tienen que ser vinos Maceraciones Carbónicas, Jóvenes y de zonas donde la carga aromática sea importante, tipo Priorat, Toro, Penedés.
Decantación: Pasamos el vino a un decantador, tranquilamente sin aspavientos, ni moviendo rápidamente la botella , para que todas las partes que hayan precipitado, debido al tiempo de crianza en botella, sigan en el fondo de la botella. Los «posos» no es más que un síntoma de que ese vino fué embotellado con la idea de hacerse viejo dentro de la botella, con gran carga frutal, las partículas se unen y al pesar más, precipitan al fondo.
La Idea de decantar es que en la copa no te encuentres los molestos posos, a parte de airear los aromas u olores de reducción que puedan tener. Debe hacerse con liturgia y ritual, para que el momento de tomar un vino viejo, resulte del todo romántico. Algunos expertos, ponen bajo el cuello de la botella una pequeña vela, para ir viendo los posos cuando van llegando. Todo un ritual con mucho encanto.
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Hay un apunte que no hay que pasar por alto, y es la nariz e intuición de la, o las, personas que lo van a tomar.
Si abres una botella y al probarlo ves que puede tener algún aroma de reducción, tan sólo tu intuición y registros olfativos te dirán que debes hacer.
Otro apunte es que el vino en cuestión puede proceder de una zona en la que los vinos, por tipología o por variedad de uva, sea (casi siempre) necesaria una aireación para degustarlo en todo su esplendor, tipo Borgoña (Francia) o Barolo (Italia) por mencionar alguno. Se suele decir que «cuantos de estos vinos se habrán ido por el fregadero, pensando que están malos» y en realidad tan sólo necesitaban airearse.
Ésta es mi recomendación si estás buscando un gran producto:
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Espero que te animes a tener uno en casa, porque es una herramienta básica para poder disfrutar del vino y poder ampliar nuestros rituales en torno a él.
Un abrazo.