Hoy hablamos de AOVE Aceite de Oliva Virgen Extra, un producto que a aparte de sus innumerables virtudes en nuestra salud, es un gran producto para que nosotros, amantes de los aromas y de seguir buscando registros, aprendamos cada día más.
A diferencia del Vino, en el Aceite de Oliva los aromas que nos encontramos son más auténticos, más reconocibles y fáciles de recordar. Por esa facilidad, creo que es un gran producto para aprender a catar sin sentirte frustado si estás aprendiendo.
Una de las cosas más bonitas (y que no debemos perder con el tiempo) es la satisfacción y la cara de alegría que se nos pone cuando reconocemos un aroma, cuando lo HAS VISTO y no lo puedes dejar de ver.
En el AOVE nos encontramos una larga pero bien definida lista de aromas que si nos ponemos media pila podemos reconocer fácilmente:
Frutales: En los frutales destacamos el tomate, (aromas frescos, con vida) de campo, melocotón, pimiento, acuosos que nos recuerdan al agua fresca.
Destacar que en la cata de AOVE, debemos diferenciar el FRUTADO VERDE y FRUTADO MADURO, el primero recuerda a los frutos sin madurar y el segundo nos recordará a los frutos que ya han madurado o sobremadurado.
Cítricos: aromas con ese «puntito» picante en nariz, que nos recuerda a las frutas más frescas.
Herbáceos: Aromas de campo, matas de huerto y balsámicas de verano como mentas, eneldo, hierbabuena y salvia.
Florales: Matas de campo de otoño como tomillo, romero, tomillo limonero, algunas flores azules como lavandas, jaras y manzanillas.
Defectos que podemos encontrar: Arrope, evolución, aceitoso, oleoso, picante, moho, basto (cuando el aceite es viejo), Alpechín (recuerdos a agua estancada)
Avinagrado o picado, recuerdos al ácido acético o vinagre, un aroma muy reconocible.
Para catar el aceite debemos operar en otros registros que cuando lo hacemos con vino, buscamos otras densidades y otros registros aromáticos y sensoriales.
A temperatura registrada 13º aproximadamente, en una copa mediana o catavinos, donde podamos apreciar sus aromas y color que veremos sobre un fondo blanco, que nos permita saborear el AOVE sin tener que inclinar mucho la cabeza hacia atrás, para no perdernos los dulces del principio de boca (dulces que serían en cierto modo defectos), y s
Buscamos la genuinidad, la limpieza, el campo y la autenticidad de cada varietal.
Ya os digo que la cata de AOVE es una de las más generosas, porque es intuitiva y agradecida, en seguida cualquier persona se convierte en catador.
Animo y a practicar.